A Raúl Cardo Riquelme un héroe muerto


Vivimos vidas abrazando las causas más nobles y generosas, ayudar a los demás. De vez en cuando la realidad de la que huimos nos sale al encuentro, recordándonos nuestra condición de modo feroz: “Raúl ha muerto”. El que hasta ayer estaba bien, pleno de vitalidad, atento a preocupaciones, compartiendo proyectos y haciendo planes, hoy, de repente, está muerto, desaparece de la realidad, no existe, es la nada.

La muerte, con la que convivimos cada día, la verdad más segura, el hecho más cierto que en lo genérico y abstracto aceptamos, en lo concreto se nos presenta como un enemigo, incomprensible e inadmisible. Podemos asumir perfectamente la afirmación del poeta de que, “así como la de las hojas, así la generación de los hombres”, el problema es cuando nos toca a nosotros ser esa hoja que se desprende del árbol y queda a merced del viento. El problema, hoy, es cuando nuestro compañero Raúl pasa a convertirse en “esa” hoja.


Que Raúl ha muerto es un hecho irremediable, una realidad que tendremos que incorporar a la realidad pesada y sórdida que tratamos de cambiar. Para muchos de nosotros esa muerte supone un golpe que nos empujará a hundirnos o a impulsarnos. La tentación es hundirnos: nunca podremos resucitar a Raúl, nada tiene sentido, nada sirve para nada, … Y, sin embargo, tenemos que incorporar la muerte de Raúl a impulsarnos, a la razón que nos empuja, a redoblar nuestra convicción y nuestra decisión.


Desde UPTES queremos sumarnos a las condolencias por la pérdida de Raúl Cardo Riquelme.


Todo nuestro apoyo a su familia y a los compañeros técnicos de transporte sanitario de la provincia de Cuenca. Salud para siempre y un interminable y estrecho abrazo.


Hasta siempre héroe